Borja Niso
El Poder de los Sueños
Una historia increíble
Nací en Madrid un día inusualmente caluroso de noviembre de 1980. Tuve una infancia de lo más normal, junto a mis inseparables Playmobil ;-).
Fui un buen estudiante, aunque sin destacar demasiado. Responsable y trabajador, aunque también un poco cabezota.
Y así fueron pasando los años, crecí, maduré y me gradué como Ingeniero Informático en el año 2003.
Emprendedor apasionado
Antes de mi gran cambio vital, me ganaba la vida como emprendedor y consultor especializado en el sector Turístico.
Hace muy pocos años (en abril de 2016) empecé a tocar el piano de forma autodidacta, lo que demuestra que nunca es tarde para cumplir un sueño.
Todo comenzó después de enamorarme de la música del compositor italiano Ludovico Einaudi, a quien tuve oportunidad de escuchar por primera vez en el Teatro Real de Madrid el 16 de abril de ese mismo año.
Un anuncio mágico
Todo comenzó tras escuchar por primera vez el tema “Nuvole Bianche”, que muchos conoceréis por el anuncio de la Lotería de Navidad “Justino y la Fábrica de Maniquíes”, allá por el mes de noviembre de 2015.
Esa melodía invadió mi alma y cambió mi vida para siempre de un modo que jamás habría imaginado.
Tras ver el anuncio por primera vez, me quedé absorto por su extrema belleza y sensibilidad.
Después de ese momento inicial de éxtasis sensorial y aprovechando que tenía un piano digital de mi hijo Hugo, decidí probar suerte y sentarme a tocar e improvisar.
El poder de la música
Durante las primeras semanas tras el concierto que cambió mi vida, centré todos mis esfuerzos en sacar el tema de oído con la única ayuda de los tutoriales que podía encontrar en YouTube.
No habían pasado ni 3 semanas cuando me di cuenta de que no sólo había conseguido tocar “Nuvole Bianche”, con cierta dignidad, sino que también había compuesto dos de mis primeros temas y más apreciados por el público, a los que bauticé como ”Sonrisas y Lágrimas” y “La Tormenta Perfecta”, un homenaje a la vida y un recuerdo de una experiencia de mi infancia en mi, siempre ¡Asturias patria querida!.
Pianista autodidacta
Así fueron pasando los primeros meses (y el primer año y medio), practicando todos los días (largas e interminables jornadas), disfrutando del descubrimiento de un instrumento que me estaba fascinando cada vez más y más, sumergiéndome en una magia indescriptible.
Y fue precisamente durante esos primeros meses, cuando tomé conciencia del verdadero poder de la música y decidí desarrollar al máximo mis capacidades como músico y sacar provecho a lo que algunos llaman un talento musical innato (yo prefiero definirlo como facilidad de aprendizaje).
Capacidad de sacrificio
Pero no todo ha sido simplemente habilidad, sino que el trabajo constante, el sacrificio y la ilusión han tenido mucho que ver en mi evolución.
Y es que desde que empecé a tocar el piano y hasta hoy, no pasa un solo día en el que no dedique 3 o 4 horas a desarrollar mi técnica frente al piano, llegando incluso a ensayar 8 y 10 horas o más.
Para mí la música es arte puesto a disposición de los sentidos a través de un canal de expresión gracias a la infinitud de matices que nos aporta el piano.
Un propósito de vida
Hoy tengo claro que he sentido, y no ha sido por casualidad, la llamada de la música y que ésta formará parte de mi vida hasta el fin de mis días.
Y es que debo admitirlo: “solo sé que no se nada”; es más que evidente que aún me queda mucho por aprender, y que, ni mucho menos tengo pretendo llegar a tener la talla de otros increíbles pianistas, con un talento innato, virtuosos que aprovecharon su don desde muy pequeños.
Pero lo cierto es que tengo algo muy claro por fortuna, el piano me permite transmitir lo que siento, mis emociones, mis pensamientos, gracias a ese lenguaje universal, mágico e infinito llamado música.
Poco más te puedo contar (de momento). Esto no ha hecho más que empezar. Solo he escrito las primeras páginas de la que es y será mi nueva vida y estaré encantado de que entres a formar parte de ella. Te veo en los escenarios. ¿Me acompañas?